domingo, 24 de abril de 2011

Un segundo

Dura un segundo. Tan sólo uno, robado del tiempo. Pero es suficiente porque para ti, ese segundo ha marcado ese codiciado antes y ese esperado después. Ella se ha despistado, has conseguido desconcentrarla con tu risa y se ha girado. Y en el momento en que te mira, en ese instante en que se aparta un mechón de la cara para que tú la veas, entonces, tú crees que lo tienes todo. Tímida, con una sonrisa fugitiva en los labios, te abandona a tu suerte. Te deja ahí plantado, de pie, con tus quizás y tus preguntas. Y escuchas su risa. No necesitas nada más. Decides concederte la oportunidad de ser el motivo de sus carcajadas. Te acercas, rodeas su cintura con tu brazo, no demasiado fuerte, pero tampoco le das opción a que se escabulla. Su perfume acaba de grabarse en tu cabeza, ese perfume que siempre irá acompañado de sus ojos, de su mirada agresiva cada vez que lo huelas. Ella no dice nada. Simplemente clava sus ojos marrones en tus labios, preguntándose cuánto tardarás en difuminar su sonrisa con un beso. Susurras su nombre con el tono dulce que eres capaz de fingir y ella, inconforme, te silencia posando un dedo sobre tu boca, ansiosa por encontrarse con la suya. Tic, tac, tic, tac, gotean los segundos hasta que acercas su rostro al tuyo, deslizando con delicadeza su pelo, y la besas.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Gracias por comentar. Siéntete libre de expresar lo que sientas, a fin de que pueda mejorar el contenido que publico en la web. ¿Quieres continuar una historia? Adelante, mi blog es tu blog.