miércoles, 27 de noviembre de 2013

Domingos con vino

A todos se nos salta la lagrimilla floja cuando tachamos el viernes en el calendario, con grandes trazos, que se vean bien, sin escatimar tinta del edding. El fin de semana puede llegar a ser el momento más placentero de la vida del trabajador, casi tanto como la hora de meter los pies helados bajo las sábanas. 

No obstante, cuando nos despedimos del viernes y avanza el sábado, el cuerpo empieza a perder energía, más incluso que durante la semana. Adquiere un color cetrino, como si nos hubiesen succionado con jeringuilla hasta la última proteína del ADN, preparándose así para el infinito letargo del domingo. 

Los domingos son días fabricados para romper espejos, para enseñar el más deplorable aspecto de la raza humana. Desempolvamos el chándal incluso antes de lavarnos la cara y con desgana arrastramos nuestros lánguidos pies cruzando el dedo gordo con el meñique, deseando que las cuatro paredes grises que se ciernen sobre nuestras cabezas se derrumben como por arte de magia. 

Ante tal panorama, algunos individuos deprimidos disfrutamos de uno de los pocos placeres que nos permite la vida, esto es, la comida, acompañándola de una copita de vino. Y si la dicha no acompaña, quizá caigan dos o tres, o la media botella vacía que nuestros deprimidos cerebros quieren ver. Así pues, un chorrito de uva dulce aplastada se convierte en el mejor remedio casero para los jodidos domingos. 

martes, 26 de noviembre de 2013

Film maker

Desde hace unos años he cogido la costumbre de imaginarme la vida de cada transeúnte que se cruza en mi camino, más aún después de haber empezado a estudiar comunicación audiovisual. Si ya antes de decidir mi futura carrera sabía más o menos que tiraría por periodismo, debido a mi gran pasión por la escritura, ahora, al saber un poco más de cine, me monto unas películas de impresión con la gente que pasa por delante de fría nariz. 

Os recomiendo que, de cuando en cuando, le deis alas a la imaginación con un redbull, un café o una cerveza en la silla del bar o el banco del parque de la esquina, analizando a los personajes principales, seleccionando extras y gritando acción con cada nuevo desconocido. Es un entretenimiento divertido, barato y saludable para nuestros cerebros adormilados por la rutina diaria del invierno. 

lunes, 25 de noviembre de 2013

Sexo en Amberes

Cuando me siento a escribir frente al ordenador cada tarde, programada por la alarma de la tartana que llevo por móvil, me siento como Carrie Bradshaw pero con menos glamour, menos dinero y menos fama. A decir verdad, hay una centena de rasgos que me separan años luz del personaje, pero hay una que me reconcome por dentro y me produce un cosquilleo envidioso en la boca del estómago que no me deja ni tragar el muffin de la merienda. ¿Por qué ella parece tener la extraordinaria capacidad de escribir sin tapujos sobre su vida privada, siendo objeto de centenares de lecturas cada día? ¿Por qué me da la sensación de que es el único ser humano del planeta tierra que lo hace? Supongo que porque se trata de una ficción y, pese a los efímeros esfuerzos de millones de mujeres en todo el mundo por recrearla, seguirá siendo siempre una ficción. Y yo, como mujer de carne y hueso que soy, sin manolo blahnik ni casa en Nueva York, me siento sometida a una autocensura retroalimentada por el qué dirán. No obstante, espero que desde mi más cohibida escritura, sigáis disfrutando de mi humilde blog. 

domingo, 24 de noviembre de 2013

Postcards from Belgium





Caminando por los tranquilos canales de Gante, sin rumbo fijo, me topé con un mercadillo ambulante de productos nuevos y usados, nómadas, recuerdos de pasados desconocidos. Decenas de hileras de pequeños puestos improvisados dibujaban caminos imaginarios junto a la iglesia. En uno de ellos, una postal de la catedral de Mechelen llamó la atención de mis ojos despistados. Estaba escrita en un idioma desconocido para mí, pero no pude resistirme a comprarla y llevarme conmigo un pedacito de historia belga. ¿Hará alguien lo mismo con las que estoy mandando yo en estos cinco meses? 

martes, 19 de noviembre de 2013

Un sólo mundo, voces múltiples

Sean MacBride, periodista y político irlandés, es el artífice del informe que lleva su apellido y que recoge los principios básicos para la configuración del Nuevo Orden Mundial de la Información y Comunicación (NOMIC, en adelante). Un solo mundo, voces múltiples  fue el título que escogió MacBride para reclamar las peticiones de la UNESCO, que le encargó un estudio sobre la situación de los flujos comunicativos entre los países desarrollados y los no alineados, esto es, el Tercer Mundo, y cuyo fin último era la cooperación de las naciones desarrolladas para la creación del NOMIC.

Pese a los esfuerzos del político y de la organización por llevar a término sus propósitos, el informe MacBride, que fue publicado en 1980, no es sino el reflejo de una utopía comunicativa que quedó fuera del alcance de sus ideólogos. Las causas se hallan en la simpleza de sus métodos, basados en la enumeración de una enorme lista de recomendaciones que deberían haber sido órdenes, leyes, normativas, garantías, en definitiva, que asegurasen un cambio global en las instituciones gubernamentales, las agencias de información, las infraestructuras, el sistema educativo, el método de los periodistas, e incluso el propio rol de los espectadores. Un proyecto ambicioso que no obtuvo el respaldo de las Naciones Unidas, a las que se hace un sutil llamamiento en las páginas del informe. Un ideal que fracasó y se estrelló estrepitosamente contra una brecha digital que cada vez se ensanchaba más, una capacidad de comunicación inabarcable, un público consumista con grandes necesidades de alfabetización tecnológica, una profesión –la periodística- apuntalada por unas estructuras desgastadas y unas naciones que, pese a moverse en un escenario global, siguen sujetas por los hilos del fanatismo y el patriotismo.

Ésa es la atmósfera que respiran los flujos de comunicación en el siglo XXI. Entre la niebla de las concentraciones empresariales y la contaminación de una publicidad masiva que se expande a todos los ámbitos, pero que condiciona especialmente el sector de la información, se alzan los viejos imperios de la comunicación y los tímidos nuevos medios. Los primeros, atados de pies y manos por alianzas que configuran macrogrupos dependientes; los segundos, pequeñas empresas de emprendedores que operan sobre todo en la Red. Ambos, representantes de los países desarrollados. El Tercer Mundo sigue arrastrando en pos las carencias que denunciaba el señor MacBride.


Un solo mundo, voces múltiples, se constituye como un marco para los principios de la creación del NOMIC, pero es sólo eso. El borde de un folio sin contenido. No hay soluciones, sólo estudios pendientes y problemas que aún están por resolver.

lunes, 18 de noviembre de 2013

El amor es una pantomima

El amor es una pantomima, una mentira, una ficción prediseñada y precocinada por las industrias hollywoodienses que derrochan fortunas en guiones surrealistas, donde el romanticismo es la cabeza de cartel y las más inverosímiles y preciosas locuras son los protagonistas de la película. Tratan de vendernos la moto, y de paso un paquete gigante de palomitas más dulces que los enamorados de la gran pantalla. 

El amor es una pantomima, o eso es lo que piensas hasta que te encuentras de frente, por casualidad, con una de esas historias que quitan el hipo y derraman lágrimas por doquier. Y tienes dos opciones para darte cuenta de ello. O eres tú el o la que tropieza en el pasillo con un desconocido/a y desbarata todos sus apuntes, que salen volando por los aires como las hojas secas en otoño reñidas por la ventisca, o te cruzas con los dos amantes que han vivido tales historias que crees que quien te los ha presentado aspira a convertirse algún día en Federico Moccia

El amor es una pantomima, pero cuando pasas la prueba del algodón y superas la fase final del casting, no puedes evitar la lagrimilla que corre con gracia por la mejilla y que baña los ojos con un manto vidrioso de incontenible felicidad. Sólo después de vivirlo puedes empezar a creerte un poco más que los panolis que salen en los mejores cines están basados en hechos reales. 

domingo, 17 de noviembre de 2013

Cómo hacer información

El escritor, periodista y político italiano Furio Colombo nos ofrece una reflexión sobre las causas y consecuencias de la actual configuración del sistema de medios, que ha determinado la transformación del periodismo y también cómo se hace información. Este capítulo es un interesante punto de partida, pero también de retorno al marco teórico que explica y detalla los parámetros que ordenan la estructura de los medios de comunicación, la forma de hacer periodismo y los métodos para conseguir la información. 

La Disneylandia de las noticias

Colombo nos presenta la definición de periodismo, en relación con los “adversarios” que limitan los campos de la profesión, es decir, “la escasez de fuentes, la fuerza del poder, el riesgo de censura y el estado de ánimo de la opinión pública”. Los roles de estos actores del Sistema Rector actúan en comunión condicionando, refutando y reorganizando las actuales prácticas periodísticas que tienen por hábito y por costumbre los profesionales de la información. Define muy bien la “Disneylandia de las noticias” en la que se ha transformado el mundo de la comunicación. Dichos cambios se deben sin duda a todas las posibilidades que ha ofrecido, ofrece, y seguirá ofreciendo la revolución de las TIC. El abaratamiento de los servicios y la mejora y mayor accesibilidad de las aplicaciones y aparatos tecnológicos han propiciado la eliminación de los mediadores. Ahora, los proveedores interesados de información (empresas, instituciones, entidades financieras, partidos políticos, ONGs, etc.) pueden lanzar sus noticias de forma directa al consumidor sin necesidad de recurrir a los periodistas para que transcriban la información. Los gatekeepers ya no son los profesionales del medio, sino que son parte de la plantilla de todos esos nuevos actores que ejercen poderosas influencias en el mundo de la comunicación. No obstante, el cáncer que padece el periodismo se extiende más allá de las presiones y agentes externos; se ha agravado también por las malas prácticas o rutinas periodísticas en el newsmaking.
Nos encontramos, por tanto, ante un frágil y debilitado sistema informativo, que se traduce en la “espectacularización” de la información y de la noticia. La confusión realidad-ficción se proyecta claramente en la televisión, donde los espacios dedicados a los informativos se convierten en una pantalla de cine que muestra de forma espectacular la realidad para ganar así la mayor audiencia. Este fenómeno se traslada al resto de las programaciones, pues el objetivo último siempre es la lucha por el consumidor, la mayor audiencia y, en consecuencia, la adscripción de anunciantes publicitarios a sus cadenas. Todo ello es fruto de la mercantilización salvaje de los medios de comunicación. 

Mordiendo la mano que les da de comer

La principal consecuencia -y la más preocupante- no es otra que la progresiva decadencia que sufre el periodismo y la fabricación de noticias. Son muchos los factores que influyen en este proceso de involución mediática y periodística, pero sobre todo se debe a la reconfiguración que ha sufrido el sistema de medios, a las potencialidades que ofrece la revolución de las TIC, y a los nuevos agentes que toman el poder en la Sociedad de la Información o Sociedad Red. Los nodos, esto es, dichos agentes, han contribuido a la configuración del periodismo como un producto y no como un servicio. Así, hemos visto sucumbir el periodismo de investigación por otras formas más rentables y atractivas como el periodismo de fuentes o de declaraciones, un escaparate para que los agentes económicos, políticos y sociales puedan camuflar sus intereses y llevarse el mayor pedazo de la tarta. Ahora, anunciantes, agencias y medios cabalgan de la mano de la publicidad, prácticamente la única mano que les da de comer. 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Gatitos pardos

Cuando las miradas curiosas se atraviesan al cruzar la calle, los gatos pardos de los tejados bajan a dar un rodeo, sólo por curiosidad, para entretener sus pequeños cerebros en las noches más frías de la ciudad. Pero han de tener sumo cuidado, no vaya a ser que alguno se mate en el intento y, para colmo, espanten a los ojitos brillantes que van al encuentro en la oscuridad de la noche. 

martes, 12 de noviembre de 2013

Comunicación y poder

Manuel Castells, profesor de sociología y catedrático de la Universidad de California Meridional, recoge  de forma brillante en el último capítulo de su obra Comunicación y Poder (2009), las conclusiones sobre el funcionamiento del Sistema Rector que domina y caracteriza la Sociedad de la Información, a la que nos ha arrastrado la revolución de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación. En otras palabras, sintetiza las reflexiones sobre lo que el sociólogo denomina la Sociedad Red en la que vivimos, arquetipo de la Era de la Información descrita en su obra. 

Castells cierra Comunicación y Poder con un estudio sobre el poder y el control de los medios de comunicación, que son los mecanismos que uniforman el Sistema Rector, un compendio de relaciones en red entre los actores sociales, las redes y los dueños de las mismas. Así, descorre por última vez el telón y presenta Hacia una teoría de la Comunicación y el Poder, un apartado muy interesante y completamente vigente que describe los procesos que regulan las relaciones de poder mediático y financiero. Aquí entra en juego un término muy acertado que acuña el autor: el Autómata Global, que es el mercado financiero que controlará en última instancia las relaciones entre la estructura capitalista de la Sociedad Red y los flujos informativos, productores de contenidos simbólicos, que se extienden de forma global por Internet. Asistimos, por ende, a la revolución mediática de las industrias de la información; los bienes se han transformado en flujos comunicativos legitimadores del poder. Estas relaciones de poder y comunicación pueden, a su vez, jerarquizarse y estudiarse si se descubre quién ejerce el control de los media. Entre los numerosos agentes que ejercen la gobernanza sobre los medios de comunicación en red, esto es, los grandes medios de masas digitalizados, Castells destaca la figura de los actores políticos, en conjunción con los actores sociales, además del papel de las empresas privadas, regidas por la lógica del beneficio y la conducta del mercado financiero, las agencias publicitarias, editores, periodistas y, en última instancia, los consumidores de la red, sobre los que el control se ejerce mediante la cultura del miedo, una suerte de violencia política, un terrorismo informativo.

Relaciones de Poder

El sociólogo contextualiza las relaciones de poder analizando los rasgos que caracterizan la Sociedad Red y la Era de la Información: la autocomunicación de masas, la existencia de audiencias muy segmentadas y las difusión de mensajes procedentes de múltiples emisores-receptores, lo que se traduce en una expansión brutal de las magnitudes de comunicación. En este escenario global, las relaciones del poder se basan en el poder de la red (network power), el poder de conectar en red (networking power), el poder en red (networked power) y el poder para crear redes (network-making power). Se trata de un complejo sistema de interacciones conectadas entre sí que Castells explica detalladamente, formulando un esquema del poder y la red en función de los intermediarios y los gatekeepers, encargados de controlar los flujos de información en los mass media digitalizados. 

Construir las redes de nuestras vidas

Se definen, por tanto, las características fundamentales del funcionamiento del Sistema Rector, así como sus objetivos. Se trata de una teoría plenamente vigente. No obstante, Castells reclama la realización de un profundo estudio que muestre quién realiza el control efectivo de la comunicación, poniendo un listado de nombres sobre la mesa para poder corroborar las teorías sobre el funcionamiento de la Sociedad Red y el Sistema Rector que la controla. Deben escrutarse las redes que quedan también fuera del alcance de los gatekeepers y que ofrecen mayor libertad a la ciudadanía (surgimiento del Periodismo Ciudadano), así como el fenómeno de la web 2.0 y la web 3.0. Sólo así podrá comprenderse la dependencia económica y política de los medios, que interpretan la información en función de su preagenda. Dicho estudio y la concienciación de los sujetos de la Era de la Información sobre la dependencia mediática, es el único camino para que podamos “construir las redes de nuestras vidas”.


lunes, 11 de noviembre de 2013

Cómo nos venden la moto

El control de los medios de comunicación

Noam Chomsky, lingüista, filósofo y activista político estadounidense dedica la primera parte de su obra Cómo nos venden la moto (1995), con la ayuda de Ignacio Ramonet, a criticar el capitalismo contemporáneo y la política exterior de EEUU, centrándose en el control de los medios de comunicación, que titula este primer capítulo.



Las reflexiones del Chomsky se refugian en un estudio del control al que está sometida la sociedad, adornado con el título de democracia. Para ello, se centra en la publicidad que le dan los medios de comunicación a determinados asuntos –relacionados con conflictos bélicos- y explicar así el entramado en el que está enredada la ciudadanía, cuyo liderazgo se centra en un oligopolio político que cuenta con técnicas para dominar al consumidor, basadas en la propaganda, las relaciones públicas, la fabricación en serie de la opinión, la representación de la realidad, la cultura disidente, la creación de enemigos de la nación y el desarrollo de la percepción selectiva, que se corresponden con algunas de las partes en las que se divide esta primera parte.Todo ello está sustentado, legitimado y catapultado por los medios de comunicación, que actúan como títeres de los dominios políticos, y contribuyen a controlar el pensamiento de los espectadores en los que se han transformado los ciudadanos. Se establece así una jerarquía liderada por las élites políticas, los instrumentos que emplean éstas, a saber, los medios de comunicación, y la sociedad entendida como un conjunto de espectadores cuya cultura se exhibe en las pantallas de las televisiones.

Oligopolios de la comunicación

Sin embargo, la política no es el único sector caracterizado por el dominio de unos pocos, pues los medios de comunicación están dominados por una tendencia a la fusión de unos grupos mediáticos con otros, lo que deviene en oligopolios que son más fáciles de controlar por las élites políticas. Según Chomsky, éste es el pilar fundamental que sustenta el control democrático. El siguiente es, en síntesis, la estandarización de una serie de patrones, introducidos a través de los mass media, destinados a transformar los ciudadanos en espectadores, en objetos del juego mediático. Dichos patrones se resumen en el desarrollo de un sentimiento de aislamiento, para evitar la proliferación de grupos y movimientos ciudadanos capaces de pensar por sí mismos. “Los medios de comunicación, las escuelas, y la cultura popular tienen que estar divididos”, en palabras del propio Chomsky; en la invención de unos enemigos que difundan el miedo en la población (Miedo Rojo, los rusos, Sadam Husein o el propio George Bush); en la fabricación de una opinión pública unánime que rece la propaganda y los eslóganes políticos sin cuestionarlos; en el fortalecimiento de un sentimiento bélico como defensa y el patriotismo fanático. Todos encaminados a la preservación de una democracia ficticia, en la que ni la gente dispone de los medios para participar en ella , ni los medios se rigen por la libertad de prensa y la imparcialidad.

Texto del siglo XXI

La vigencia del texto de Chomsky traspasa las fronteras norteamericanas que le dieron vida en 1995. El sistema social, político y mediático descrito en el siglo XX se traslada plenamente hoy al siglo XXI. Esta obra resalta los problemas de una sociedad dominada por dos factores que actúan de manera conjunta –política y medios de comunicación- pero ignora las soluciones que han de llevarse a término para tornar la perspectiva democrática. En la actualidad, se vislumbran el efecto rebote que han sufrido tanto los medios de comunicación como la política, pues la proliferación de manifestantes que reclaman una participación democrática efectiva ha ido en aumento en los últimos años. Su grito de guerra podría entonarse parafraseando a Albert Einstein: Los enemigos más encarnizados de nuestras ideas, son aquellos que no las defienden.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Running

Me asombra lo increíblemente reconfortante que puede llegar a ser salir de la cálida y confortable cueva que me acoge en este otoño amberino, para arrastrar los pies por las calles recubiertas con pedruscos del tamaño de una rata, -pero no una de esas pequeñas y blancas de laboratorio, sino una de las grandes y peludas que habitan las alcantarillas de los suburbios urbanos- para hacer algo de footing. Footing, o véase también la definición de mover el culo que ha estado sentado en la cama, la cocina y la silla de la universidad durante dos meses, fruto de un Erasmus sedentario que ensancha caderas y ahoga pulmones.

Sudadera de Rambo y zapatillas Nike son los instrumentos de los que me sirvo de cuándo en cuándo para dar vueltas a un circuito improvisado en los alrededores del supermercado y la lavandería. La ruta conocida, para evitar que nos coman con patatas los desconocidos que deambulan por Amberes a las seis de la tarde, cuando el Sol ha huido al Caribe y las estrellas no se han dignado a aparecer, nos sirve a Andrea y a mí para sentirnos un poco mejor, al menos una vez por semana.


La música martilleándonos los oídos nos hace más llevadera la caminata que nos marcamos primero al trote y luego al galope, para rematar. Cuando la gotita maldita de sudor cae al vacío por la espalda, se nos dibuja en la cara la satisfacción personificada representada por una sonrisa y una palmadita de orgullo. 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Qué más quisiera yo

Cuando mi jefe me llamó a primera hora de la mañana pensé que lo hizo para reclamar su café y su bollo de arándanos. Esa era la tarea más apasionante de mi trabajo de 8 horas diarias y un salario que mantenía la intriga de si me permitiría llegar a fin de mes o de si tendría que volver a pedir prestado dinero a mis padres. Sin embargo, esa mañana de un frío invierno en el que las calles estaban desiertas, mi jefe no mencionó una sola palabra a cerca de su desayuno. Pocas fueron las palabras que me dedicó, no más que de costumbre, pues para despedirme no quería malgastar saliva, que ya tenía él otras cosas más importantes a las que dedicarla. Su simple explicación “tu periodo de prueba ha terminado, no hay hueco en la plantilla para renovarte” fue lo último que recuerdo antes de abandonar aquél despacho que pisaba por última vez.

Así fue como de la noche a la mañana me convertí en un número más de las listas del INEM. Tras varios meses de una espera que cada vez se iba haciendo más insoportable, decidí buscar con mis propios medios una alternativa, así que después de algunos trabajos cuidando de los niños de las vecinas  y repartiendo propaganda en el las salidas del metro, reuní el dinero suficiente para comprar el billete de avión más barato que encontré. Con un  buen currículo (doble graduado en periodismo y comunicación audiovisual, inglés, francés y portugués) en la maleta y el poco dinero que había ahorrado, me despedí de mis familiares y abandoné España. 

Tras muchas horas de vuelo aterricé en Brasil. Allí vivía mi tío desde hacía más de 20 años, y, sin previo aviso, me presenté en su casa en busca de una cama y algo de ayuda hasta que pudiese mantenerme por mi misma. Empecé mi búsqueda desesperada hasta que por fin encontré trabajo en una pequeña empresa de emprendedores que habían creado un periódico local. 

Han pasado cinco años desde que aterricé en Brasil con poco más que un cambio de ropa en la maleta. Ahora tengo mi propia casa y soy la socia del que un día fue mi jefe. Hemos abierto nueva redacción en otra localidad del país. La semana que viene regreso a España para dar una conferencia sobre periodismo en la universidad en la que estudié. Aún no estoy muy segura de cómo va a ser mi discurso, pero si de algo estoy segura es de que el mejor consejo que les puedo dar es que, pase lo que pase, no se dejen amedrentar por el miedo. Que cojan la maleta y se vayan lejos, lo más lejos que puedan. 

martes, 5 de noviembre de 2013

Manipulación lingüística

La manipulación lingüística es la lacra del periodismo. Se presupone la búsqueda de la objetividad, la imparcialidad, y la veracidad de los hechos, basadas en la consulta de fuentes fiables. Sin embargo, los criterios de rigor y rectitud informativa han sido desmantelados por los medios de comunicación tradicionales. Si bien es cierto que la ideología es un patrón influyente en todos los mass media, los medios impresos son los mejores ejemplos en los que podemos observar cómo el manejo del lenguaje puede darle la vuelta a la información.

En consecuencia, los receptores de la información, esto es, los lectores de prensa, recurren a ampliar el abanico de información (o deberían), consultando varios periódicos opuestos para extraer sus propias conclusiones y forjar una opinión independiente. Ahora los medios online se presentan como una nueva solución. No nos referimos a los periódicos digitales ni a las ediciones de papel que ofrecen también sus versiones en red, sino que hablamos del papel protagonista que están adquiriendo las redes sociales en el siglo XXI. En el espacio virtual, el feedback comunicacional se refuerza más que en cualquier otra forma de comunicación, ya que los usuarios de Internet interpretan sendos papeles, el de receptor y emisor. Sin embargo, esto no quiere decir que la manipulación lingüística se abstenga de aparecer en escena, pues, al fin y al cabo, somos las personas quienes manejamos el lenguaje, y, de nosotros depende que hagamos un buen uso de él o no. 

lunes, 4 de noviembre de 2013

El Retiro

Cuenta la leyenda que una vez hace no tanto tiempo, en la capital de nuestra tierra, un sabio erudito decidió compartir con el mundo todo su conocimiento. Para ello,  escondió 30.000 libros de su más preciada colección, que quedaron repartidos por los rincones más bellos de la ciudad. El mayor deseo del sabio anciano no era otro que dejar que la imaginación, la creatividad y la originalidad de aquellos libros inundaran los espíritus de sus afortunados lectores, los cuales deberían devolverlos a su escondite para que otro nuevo lector los encontrara. Todavía hoy son muchos los afortunados que se inspiran en esos retales de papel que deambulan por Madrid y yo, quiero ser una de ellos…

Sin más dilaciones y sin pensármelo dos veces, me puse en camino de la búsqueda de esos tesoros de papel escondidos en los rincones de la ciudad. Previamente ya había estado reflexionando sobre el lugar más propicio para encontrar alguna reliquia literaria. No me llevó mucho, apenas unas dos horas de cavilaciones y una de “Google Maps”, para escoger mi destino. A decir verdad, me dejé llevar por las recomendaciones de familiares y amigos, de esos que son “el amigo del amigo de mi amigo”, que afirmó encontrar una vez un libro escondido en tal o cual lugar.  Nunca he sido de dejarme llevar por habladurías , y mucho menos de fiarme de fuentes poco fidedignas, pero en esta ocasión la excepción se hizo regla y me aconsejó que tenía bastante más que ganar de lo que podía perder.

Como decía, las recomendaciones me sacaron el billete de ida (sin vuelta, para darle más emoción al asunto) hacia lo que parecía ser un blanco fácil, un trabajo de campo que sería capaz de despachar en, como mucho, un par de horas. El lugar de mis exploraciones literarias no era otro que el Parque de los Parques Madrileños, el preferido por hijos, padres, abuelos y veraneantes, el Retiro. Este idilio de senderos  teñidos de esmeralda y ocre prometía albergar en sus rincones, más o menos accesibles, las evidencias de que lo de los libros escondidos no era una mera leyenda urbana. Por ello, entusiasmada e ilusionada cual niña con zapatos nuevos, salí atropelladamente de casa en busca de los cálices de letras.

Tal fue el viaje que recorrió mi imaginación por las páginas de aquellos libros que estaban esperándome, que no fui consciente de los preparativos básicos que requería mi expedición. O lo que es lo mismo, que no conté con la previsión meteorológica que predice y predica el refrán: En abril, aguas mil. Y así marché, con sayo, pero sin paraguas, consciente únicamente de llevar conmigo el Metrobús y una bolsa para resguardar mis pequeños hallazgos. Por más que el cielo encapotado me advertía, ni mis oídos -entretenidos con canciones para la ocasión- ni mis ojos soñolientos, quisieron escuchar ni ver el furor de los millones de gotas que se estaban agolpando en las nubes, preparándose para precipitarse tras oír la señal.

Veinte minutos de metro y un transbordo me mantuvieron en la ignorancia de lo que se estaba cociendo afuera. Cuando el vagón me llevó a mi destino, la humedad que empezó a colarse por mi nariz  a la salida del metro anunciaba mi gran error. Millones de gotas suicidándose contra el frío suelo fue lo que me encontré en aquél inhóspito parque, que en otros tiempos fuera más agradable. Ni un alma quedaba en sus avenidas, y las pocas que había, acudían desesperadas al inframundo del que yo acababa de salir. Con ese panorama, tenía dos opciones: o me volvía con el rabo entre las piernas y aplazaba la expedición, o desperezaba a mis defensas y terminaba lo que no debería haber empezado un 28 de abril.


Escogí el segundo plato, con la esperanza de que las nubes tuviesen compasión y me dejasen hacer. Sin rumbo aparente, comencé a hundir mis pies en la tierra mojada, en busca de un camino asfaltado cuyos senderos me condujeran lo antes posible a los libros perdidos. Aunque mis esperanzas no decaían, mi ánimo sí que lo hacía, y a una velocidad estrepitosa. Por fortuna, mis rezos al Dios Gota fueron escuchados y, aunque continuó gris como el cabello de una anciana, el cielo decidió darme una tregua, eso sí, de media hora. Sin embargo, ello no ayudo a mi fortuna, pues tras una nueva hora de búsqueda por bancos, raíces y monumentos mojados, volví a casa con las manos tan vacías como cuando salí, solo que un poco más húmedas. 

domingo, 3 de noviembre de 2013

Wert limita las ayudas a los Erasmus

AFECTADOS DESDE ESTE AÑO EN ADELANTE

Sólo los beneficiaros de la beca del MNE recibirán también la ayuda Erasmus


Este mediodía, descubrí a través de Facebook que en los tres meses que me quedan en Amberes voy a tener que apretarme un punto (o dos) más el cinturón, puesto que el Ministro de Educación José Ignacio Wert ha retirado la ayuda Erasmus a todos aquéllos estudiantes que el año anterior no fuimos becarios de la Beca del Ministerio. La medida, que fue publicada en el BOE el pasado 2 de noviembre, no ha recibido ninguna cobertura, hasta ahora, por parte de los medios de comunicación. 

Se está difundiendo, por suerte, en los "nuevos medios", esto es las redes sociales, principalmente Facebook, a través de los grupos creados por los estudiantes Erasmus, y Twitter





A través de Change.org se ha puesto en marcha una iniciativa para recoger firmas en contra de esta medida, que ya cuenta con el apoyo de 1.690 usuarios. Una sencilla petición recogida en la página web, que puede ser compartida y firmada al instante, con el siguiente formato:

 Para: 
José Ignacio Wert, Ministro de Educación 
Que se mantengan las becas Erasmus para universitarios que no reciben la beca general
Atentamente,
[Tu nombre]
Las reformas educativas llevadas a cabo por el Gobierno español están azotando con mano firme la educación y las míseras ayudas de las que disponíamos los estudiantes, ahora convertidas en privilegio de unos pocos. Lo mismo sucedió con las Becas de Excelencia de la Comunidad de Madrid, el 17 del pasado mes de septiembre, cuyas nuevas bases de la convocatoria 2013/2014 dejaron sin ayuda, cuya cuantía ascendía a 3.000€, a los estudiantes que no hubiesen sido becarios en la convocatoria anterior, convirtiendo esta ayuda en una "beca de continuidad".

La chica que no sabía leer los mapas

Un mapa es la representación gráfica de un territorio utilizando una escala. Hay diversos tipos de mapas que difieren tanto por sus dimensiones, como por lo que representan (políticos, geográficos, climáticos, de carreteras, de flujos, etc.) o por la forma en que lo hacen (diferentes proyecciones de un mapa, como las esferas, los planos o los cónicos). 

Un mapa que ejemplifica la proyección de todas esas connotaciones enumeradas con anterioridad es el denominado “mapamundi”. En este caso, me referiré a la proyección plana del globo terráqueo, es decir, a la representación de los cinco continentes sobre el eje de paralelos y meridianos en una superficie plana. Una peculiaridad característica de este tipo de mapa es la visión o distribución de los continentes representados en la superficie; esto, que pasa desapercibido en las esferas, es muy notable en los planos, pues la visión del mundo que se proyecta en estos mapas difiere según la cultura que lo esté representando. Así surgen las diferencias entre contemplar un mapamundi en  América o hacerlo en Eurasia, dos visiones que nada tendrán que ver con la proyección oceánica o antártica. Tomando los dos primeros ejemplos enumerados, hago referencia a las distintas visiones que podemos encontrar entre dos mapas aparentemente iguales, de las mismas dimensiones y tipología, que puede encontrar un norteamericano al ver un mapa creado por un europeo y viceversa. Nuestra cultura nos ha acostumbrado a una visión céntrica de nuestro continente, quedando América al lado izquierdo y ocupando Asia el Este cartográfico. En cambio, en los mapamundis americanos, su continente suele ocupar la posición central, distribuyéndose Oceanía y Rusia por el lado izquierdo, quedando el derecho para Europa.


Sin duda, la visión de un territorio y su representación en el mapa está llena de connotaciones culturales influenciadas por el contexto y los factores que caracterizan a dicho territorio. A pesar de ello, la cultura no es la única fuente de la que emanan estas diferencias, sino que cuestiones pragmáticas también influyen en el tipo de representación que adquiere el mapa. Se trata de parámetros útiles que, en cierta medida, también se hallan ligados a la costumbre.



Imagen de http://www.mapresources.com/world-black-and-white-blank-outline-digital-raster-vector-powerpoint-map-mc-amr-253670.html