martes, 19 de noviembre de 2013

Un sólo mundo, voces múltiples

Sean MacBride, periodista y político irlandés, es el artífice del informe que lleva su apellido y que recoge los principios básicos para la configuración del Nuevo Orden Mundial de la Información y Comunicación (NOMIC, en adelante). Un solo mundo, voces múltiples  fue el título que escogió MacBride para reclamar las peticiones de la UNESCO, que le encargó un estudio sobre la situación de los flujos comunicativos entre los países desarrollados y los no alineados, esto es, el Tercer Mundo, y cuyo fin último era la cooperación de las naciones desarrolladas para la creación del NOMIC.

Pese a los esfuerzos del político y de la organización por llevar a término sus propósitos, el informe MacBride, que fue publicado en 1980, no es sino el reflejo de una utopía comunicativa que quedó fuera del alcance de sus ideólogos. Las causas se hallan en la simpleza de sus métodos, basados en la enumeración de una enorme lista de recomendaciones que deberían haber sido órdenes, leyes, normativas, garantías, en definitiva, que asegurasen un cambio global en las instituciones gubernamentales, las agencias de información, las infraestructuras, el sistema educativo, el método de los periodistas, e incluso el propio rol de los espectadores. Un proyecto ambicioso que no obtuvo el respaldo de las Naciones Unidas, a las que se hace un sutil llamamiento en las páginas del informe. Un ideal que fracasó y se estrelló estrepitosamente contra una brecha digital que cada vez se ensanchaba más, una capacidad de comunicación inabarcable, un público consumista con grandes necesidades de alfabetización tecnológica, una profesión –la periodística- apuntalada por unas estructuras desgastadas y unas naciones que, pese a moverse en un escenario global, siguen sujetas por los hilos del fanatismo y el patriotismo.

Ésa es la atmósfera que respiran los flujos de comunicación en el siglo XXI. Entre la niebla de las concentraciones empresariales y la contaminación de una publicidad masiva que se expande a todos los ámbitos, pero que condiciona especialmente el sector de la información, se alzan los viejos imperios de la comunicación y los tímidos nuevos medios. Los primeros, atados de pies y manos por alianzas que configuran macrogrupos dependientes; los segundos, pequeñas empresas de emprendedores que operan sobre todo en la Red. Ambos, representantes de los países desarrollados. El Tercer Mundo sigue arrastrando en pos las carencias que denunciaba el señor MacBride.


Un solo mundo, voces múltiples, se constituye como un marco para los principios de la creación del NOMIC, pero es sólo eso. El borde de un folio sin contenido. No hay soluciones, sólo estudios pendientes y problemas que aún están por resolver.

2 comentarios :

  1. holaaa! paso por aqui! tienes un blog precioso :) me gusta mucho, además YA TE SIGO.
    Apropósito..si esta entrada la has escrito tu debo felicitarte, ojala yo escribiese sólo la mitad de bien que tu.
    Bueno..paso para decirte que hemos subido nuevo capi a nuestro blog, espero que puedas pasar! un besito :)

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    1. Holaa!! Me alegro de que hayas tenido un huequecito para pasarte por mi blog ^^ me alegro también de que te guste. Que sepas que tú escribes genial también. Me pasaré en cuanto pueda :D

      un beso!

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