lunes, 3 de febrero de 2014

Cafeína

Nunca he apreciado mucho la cama, ni siquiera después de una de esas noches enteras de parranda que me devuelven a casa con ojeras hasta en el carnet de identidad. Y es que cuando acostumbro mi cuerpo a seguir una rutina, no hay quien me la cambie. Eso puede tener tantas ventajas como inconvenientes, según el lado desde el que se mire. En resumen, que como consecuencia de mi poca afinidad de la cama, he desarrollado un muelle en el culo que me lanza disparada fuera de las sábanas cuando he recargado un poco las pilas, lo suficiente como para seguir dando por saco. Y así, día tras día, caigo rendida entre las sábanas frías hasta que no aguanto más y tengo que huir despavorida de ellas. En ese sentido, pude decirse que soy única en mi especie, pues no he visto jamás a nadie con tan poco gusto por dormir y tan asombrosa facilidad para seguir adelante con una simple cabezadita.

Aunque no toda esa energía viene como por arte de magia a inyectarse en mis venas. He de reconocer que me gusta más de lo que debería un buen chute de cafeína. Hago colección de capsulitas de colores, de absurdos sabores y aromas que les dan nombres burdos y faltos de originalidad. Pero supongo que en italiano todo suena mejor y de ahí el marketing exitoso de todas las cafeteras de este planeta que podría poseer con mucho gusto. Por la mañana un café, o dos, y por la noche un redbull y soy el lado oscuro de Chicho Terremoto, con la inquietante habilidad de subirme por las paredes y rozar la histeria. El café puede llegar a hacer conmigo lo que le hacía un agüita a los pobres Gremlins, aunque yo el carácter de bicho ya lo llevo de serie. 

Con cafeína o sin ella, nunca me ha gustado demasiado la cama, pues llevo tatuada la filosofía de que la vida es eso que pasa mientras duermes y, aunque un buen sueño nunca le amarga a nadie, sólo despiertos podemos llegar a hacerlo realidad. Los mejores recuerdos que guardo, tanto dentro como fuera de la cama, los revivo soñando, pero sólo despierta puedo seguir viviendo momentos que recordar. 

1 comentario :

  1. Madre mia! con razón duras tan poco en la cama.. con dos cafés y un redbull al día... jajaja
    Es cierto! solo despiertos podremos hacer nuestros sueños realidad pero cuando nos sentimos mal, la cama puede ser nuestra mejor amiga...

    Un beso! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es/

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