No escribo para que me entiendan, ni para que me quieran. Ni siquiera escribo para que me lean. Escribo porque es la única terapia que me puedo permitir. Escribo porque lo necesito, porque me ayuda a respirar cuando me ahogo y son los gritos que ahogo cuando no me atrevo a decir en alto lo que pienso. Me gusta escribir de forma enrevesada y enredar las palabras con mis pensamientos, dibujando rompecabezas con las palabras. No soy fácil de entender, ni, por ende, tampoco de leer. Pero no me importa, todo lo contrario, me encanta. Desde bien pequeña me han gustado los libros, pero siempre los he preferido cerrados, y últimamente, si vienen en blanco, mejor. Necesito ese pequeño espacio ya sea en una hoja de papel o en un blog insignificante, que me ayude a sobrevivir a mis pensamientos. Necesito arrojar palabras sin sentido, darles la vuelta, cambiarles de color, de tamaño, de orden, jugar con ellas como si de cerámica resbaladiza y pegajosa se tratara. Escribo como respiro y pienso como siento.
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Qué bien te expresas, me encanta :)
ResponderEliminarEscribimos como forma de vida, para expresar nuestros sentimientos, para ayudarnos a nosotros mismos, porque es nuestra medicina.
¡Un beso muy muy muuy grande, Raquel! <3
¡¡Magnífica entrada!!
ResponderEliminarEscribir es una foma e escape que tenemos cuando necesitamos expresar lo ques entimos y nos somos capaces de decirlo hablando.
Un beso! ;)
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